Te miré caída

a la pintura.


Desde las escalas rojas.
Quién sabe qué otro espacio
a reservado el color para renombrarse
y qué intensidades arriban a este mundo del lenguaje.
Ésa es la labor que se acompaña del tiempo y de la carne.
Me quedo soñando en tu luna creciente que hoy se transforma en luna llena.
Me desintegro invisiblemente y a cada instante me reinvento,te amo parado en un corazón
con vista a no sé qué horizonte
de cielos pintados
como siempre.

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